Breve historia "bebe histeria" de los Crazy Ponys y sus alrededores

Todo empezó en la cabeza de uno de nosotros mientras tomaba una cerveza. Maltratando una acústica durante una churrascada veraniega, se hizo público:

 

-Y si montamos una banda para tocar las canciones de Neil?

 

Evasivas.

 

- No sabemos tocar, vamos viejos, estas borracho, etc...

 

Dos años después y tras la insistencia y varios cientos de cervezas más, aquello se puso en marcha.

 

Éramos tres. Luis Veiga, que tocaba a duras penas la guitarra acústica. Edu Romero, que no tenía ni idea de que un bajo montaba cuatro cuerdas, y Ricardo Veiga, que también tenía una acústica y bebía cervezas...

Un amigo tan espontáneo como inconsciente nos dijo un día:

 

- Necesitais un batería no? Pues ya lo tenéis!

 

Y tras recordarle que no sabía tocar, nos respondió que era cierto, pero que aquella mañana había encargado una batería a una conocida tienda alemana. Ante tamaña resolución, quedó nombrado batería eterno.

 

Hablamos con Antonio Cornide, al que Ricardo había conocido una noche mientras pinchaba discos de Neil Young en un pub enxebre y único de Valdoviño, y que le había dicho que conocía esa música y que tocaba el piano. En resumen, se apuntó a tocar teclados y cantar. Y luego se apoderó también de la armónica.

 

Vicky Ulloa se unió para hacer coros, afortunadamente.

 

Y el siempre incombustible George The Boss, fue nombrado Técnico multifunciones. Con un par!!

 

Todo transcurría lentamente, no sabíamos tocar absolutamente nada, y el local que montamos en casa de Ricardo empezaba a resultar pequeño y demasiado ruidoso, así que construimos en el jardín el Tambucho. Nuestro famoso local. Madera, y puntas, un verdadero establo, y con nevera!! Inmediatamente todo cambió.

 

Edu nos tuvo que dejar por motivos laborales, montó un bar, y fichamos al guitarrista de una banda amiga. Xacobe Lourés dejó apartada la guitarra y se centró en el que es hoy su instrumento, el bajo.

 

Poco a poco, fuimos aprendiendo que después del Sol está el La, y que tocar alto nos gustaba. Empezaron a salir algunos bolos, alguna despedida de soltera...

 

Y el I Rust Fest.

 

Antonio nos abandonó, a diez días del segundo Rust Fest de Tarifa, y por votación popular, bendita cerveza, Ricardo era nombrado cantante oficial.

Más cervezas y algún bolo después, Vicky se apartó momentáneamente del grupo durante un año para estudiar y asistir a seminarios...

Ese año éramos cuatro, Luis, Xaco, Carlos y Ricardo, y se forjó el verdadero espíritu y sonido del grupo. Tocar alto, disfrutar y beber cerveza... that’s why we don’t wanna be good!!

Vicky volvió, Edu cerró el bar. Y nos hayamos ahora con dos facetas complementarias en el grupo, una parte eléctrica con Xaco como bajista, y otra acústica con Edu a las cuatro cuerdas. Con menos tiempo que nunca para ensayar, o sin ningún tiempo.Pero seguimos hacia delante, juntos y como empezó...tomando más cerveza.

 

De todo lo demás los culpables sois vosotros…